Desigualdad En La Distribución Del Trabajo Doméstico y De Cuidados: Zhacia Una Democratización?
Los datos sobre el uso y la distribución del tiempo diario ponen de manifiesto que las mayores desigualdades se producen en el tiempo que mujeres y hombres dedican al trabajo doméstico y de cuidados. La brecha entre el comportamiento de unas y otros es menor en relación al resto de actividades cotidianas (trabajo remunerado, ocio y vida social, trayectos y necesidades fisiológicas). Las mujeres, asimismo, asumen una mayor carga global de trabajo que los hombres, lo que merma su tiempo de libre disposición para el ocio, la formación o el empleo.
El estudio longitudinal sobre los resultados de la Encuesta de Presupuestos de Tiempo, llevada a cabo por el Instituto Vasco de Estadística-Eustat (España) entre 1993 y 2013, muestra que el porcentaje de personas que emplea parte de su tiempo diario en el desempeño de labores doméstico-familiares tiende a crecer, si bien con oscilaciones, en los últimos veinte años, al tiempo que disminuye ligeramente la dedicación de aquellas personas que efectivamente participan en este ámbito, mostrando una evolución diferente según se trate de varones o de mujeres. Esta tendencia invita a pensar en cierta “democratización del trabajo doméstico-familiar”: si cada vez más personas se implican en esta esfera decrece la dedicación por persona. No obstante, una mirada más atenta, saca a la luz que las desigualdades en el reparto del trabajo doméstico y de cuidados persisten, principalmente entre algunos grupos sociales y en relación a actividades concretas.
La comunicación ofrece un análisis de los datos obtenidos de las series temporales sobre distribución del tiempo diario producidos, con periodicidad quinquenal, a través de la Encuesta de Presupuestos de Tiempo del Instituto Vasco de Estadística-Eustat entre 1993-2013. Concretamente, se estudiará la evolución de la distribución del tiempo de trabajo doméstico y de cuidados según variables socio-demográficas y teniendo en cuenta las actividades concretas, así como de la carga global de trabajo asumida por mujeres y hombres. Dicho análisis permitirá comprobar la veracidad de la hipótesis acerca de la democratización en el reparto del trabajo doméstico por género, que aparece tras la mirada global de los datos, y aportará evidencias empíricas sobre las características de las desigualdades en la distribución del trabajo doméstico y de cuidados, así como sobre el origen del déficit o pobreza de tiempo que experimentan las mujeres, lo que a su vez permitirá cuestionar la eficacia de las políticas públicas orientadas a paliar tales desigualdades.