Responsabilidad Social VITAL: Adultos Mayores Como Agentes De Bienestar EN Sociedades PARA Todas Las Edades
En España, por primera vez en la historia, cuatro o cinco generaciones de españoles coexisten con sus diferentes vivencias y sus diversas expectativas de futuro en un mismo hogar familiar. Y cada día son más los adultos mayores que proporcionan servicios y bienes particulares con el ánimo de compensar aquellas limitaciones que padecen los miembros familiares más jóvenes, ante las dificultades para estabilizar su situación económica doméstica debido a la falta de empleo o precarización laboral. Es decir, cuando falla la principal fuente de ingresos que son las rentas del trabajo en la ciudadanía joven, son algunos adultos mayores quienes contribuyen a mantener unas condiciones de vida adecuadas a estas generaciones juveniles de “mileuristas” tras haberse emancipado o no del hogar familiar.
Bajo el principio de la solidaridad intergeneracional existe un intercambio de apoyos emocional, instrumental y material entre las distintas generaciones que comparten espacio residencial familiar. En relación a las personas mayores que reciben cuidados emocionales o instrumentales aumenta con la edad. En cuanto a los miembros jóvenes de las familias, reciben ayudas económicas y patrimoniales, además de apoyo emocional de parte de sus mayores.
Además de las buenas prácticas intergeneracionales en el ámbito familiar, la acción colectiva entre las personas mayores no debería aspirar únicamente a su propio interés, pues los conocimientos de los mayores pueden contribuir al bienestar de todos, comprendido el de las generaciones futuras.
Por consiguiente, los cambios demográficos debieran impulsar nuevas formas de solidaridad entre las generaciones, basadas en el apoyo mutuo y en la transferencia de habilidades y experiencias. Sobre este fenómeno emergente versará este trabajo de investigación, demostrando que todas las generaciones somos entre sí interdependientes, que nos necesitamos mutuamente, que estamos obligadas a intercambiar apoyo y otro tipo de recursos para mantener y mejorar nuestro bienestar general. De manera, que el envejecimiento puede convertirse en un factor de desarrollo si unos colaboramos con otros en sociedades para todas las edades, desde el concepto a desarrollar de la responsabilidad social vital.